Centro Cultural de Exposiciones Navales
Buenos Aires, Argentina 2008
1er Premio
Autores
Javier Esteban, Ligia Gaffuri, Martin Torrado
arquitectos
Destino
Centro Cultural de Exposiciones Navales.
Superficie
4.000 m2
Asesores
arq. Eduardo Scagliotti (Restauración)
ing. Carlos Grinberg (Instalaciones Eléctricas, Electromecánicas y Sanitarias)
Mas pero menos visible
El proyecto plantea una recuperación de la condición inicial del Desembarcadero a partir de un análisis crítico y de valoración de la condición preexistente y de la estructura espacial del entorno del monumento.
Se adopta como criterio realizar una operación de liberación del cuerpo original, su galería y de la reja y pilares que limitan con el Parque de los inmigrantes, demoliendo el cuerpo que flanquea la nave emplazado entre el desembarcadero y el Hotel de los Inmigrantes.
Se adopta el criterio de conferirle a la calle de ingreso el carácter de pasaje, que posibilite en el futuro una conexión funcional en el área, diluyendo las fragmentaciones de una aplicación rígida de las divisiones prediales. Esta resignificación de la estructura circulatoria se ve reforzada con la condición del remate de la perspectiva sobre el horizonte del río y de la chimenea de ladrillos ubicada en el terreno vecino, en coincidencia con el eje mayor de la calle histórica.
Este espacio de transición entre la reja y el edificio del Apostadero Naval retoma su carácter público original, logrando así un Museo y Centro Cultural abierto a la comunidad.
El empedrado se mantiene continuo a través de la totalidad del paso histórico, como así también en la plaza de acceso que antecede al conjunto, solo la ubicación estratégica de bolardos conforman las divisiones entre las circulaciones peatonales y vehiculares.
La intervención sobre el edificio tiene el espíritu de recuperar la espacialidad original de las naves a ambos lados del hall central. Se priorizó respetar las luces libres de apoyo y su altura total (5 metros) según reflejan las fotos de época, recuperando las cualidades espaciales originales.
En el cuerpo central, eje de composición del edificio, se resolvió ubicar todos los programas de apoyo y servicio de carácter fijo, logrando así liberar el espacio continuo de las naves laterales.
Se completará por razones de proyecto la cubierta sobre el muelle con una estructura de características y organización geométrica y material similar a la existente. Se repetirán las claraboyas cenitales que caracterizan la cubierta que cubre la actual explanada del muelle. En el otro sector de la planta alta, se encuentran las oficinas del área administrativa.
En el área de exposiciones, un sistema de paneles plegables bajos (2.60 metros) resuelve la flexibilidad requerida para los distintos tipos de muestras. Se prestó particular atención a la disposición de las instalaciones por piso, tanto de aire acondicionado como eléctricas, permitiendo liberar de contaminación visual la estructura metálica y el cielorraso original de pinotea. Esta distribución de instalaciones se desarrolla a lo largo de las salas en forma de peine, permitiendo sistemas de conexiones versátiles a los diferentes armados de salas.
Enfatizando la espacialidad interior de la cubierta, se dispone el salón del restaurant en continuidad visual con la sala de la mediateca, a través de un divisor de doble vidriado hermético.
A partir del reconocimiento de la estructura arquitectónica del edificio existente, de sus capacidades y limitaciones, se adopta el criterio de aprovechar al máximo el ancho de las naves y sus posibilidades de adecuación flexible a los requerimientos de uso y de cambio, planteando como conclusión lógica la resolución de una estructura circulatoria exterior, que libera los grandes recintos laterales.
Se plantea una circulación exterior al cuerpo principal del edificio, con un cerramiento vidriado que no perturbe la lectura de las proporciones y escala de la fachada principal del monumento. Este objeto será soporte de la señalética que identificará al museo y reflejará la imagen del parque de los inmigrantes en una captación visual lejana. Desde la aproximación peatonal desde la ciudad hasta el ingreso principal, o durante la utilización de la situación pasante propuesta, se anticiparán los contenidos del las muestras y las actividades internas del Centro captados a través de ambos cerramientos, de características contrapuestas.
Se recuperan las proporciones de los vanos originales retomando la altura de los dinteles, retirando el correspondiente relleno, realizado sin recomponer los acabados iniciales y ensanchando el ancho de los vanos, retirando la mampostería supuestamente afectada en las intervenciones de recambio de las carpinterías originales.
Los programas, del Museo y Centro Cultural, están vinculados entre sí por esta nueva circulación cubierta acondicionada de carácter etéreo, del ancho necesario para las exigencias del programa, logrando el funcionamiento interno del edificio en cualquier época del año, incorporando a su vez, a modo de recorrido el jardín vecino dentro del edificio.
Desde el pasaje, un juego de reflejos potencia la relación interior-exterior durante el día, y por la noche se convierte en un faro lineal que atrae a los visitantes.
Proponemos hacer más pero menos visible, a través de la transparencia de la envolvente de la nueva circulación, manteniendo el debido respeto hacia el carácter patrimonial del edificio.